En el año 1972 se comenzó a comercializar en nuestro país una moto 100% chilena. La propuesta nació de una familia de empresarios, fabricantes de hornos panaderos en San Felipe, región de Valparaíso, quienes se arriesgaron a ampliar el rubro de su empresa y construir un prototipo. Crearon el diseño e importaron los motores desde Alemania, para luego montar todas las piezas en Chile, trabajo que dio vida a Motochi 50.
El modelo fue presentado en la revista Honda en 1972 y se lanzó oficialmente en la Feria Internacional de Santiago (FISA) de ese año. Para llamar la atención del mercado, realizaron una importante inversión en publicidad y tuvo buenos resultados en una primera instancia. Sin embargo, el negocio no fue lo suficientemente rentable y cerró, dejando de comercializarse hacia 1978.
Aunque parecía olvidada para muchos, la que fue la primera moto chilena llamó la atención de un equipo de la Facultad de Arquitectura de la Universidad de Chile quienes, guiados por el profesor Mauricio Tapia, trabajan para revivir el modelo.
“Esta idea nació hace un año, investigando parte de la historia de Chile. Con el tema de diseño de producto, me encuentro con la Motochi y vi que era un vehículo de transporte urbano individual muy eficiente como concepto, por lo que junto a la universidad nos pusimos a trabajar en él”, comentó el académico en declaraciones consignadas por diario Pulso.
Bajo el nombre de “Electro movilidad urbana Motochi-E”, el proyecto considera una investigación del contexto histórico en que se elaboró esta moto por primera vez y averiguar qué motivó a la familia a construirla. Hasta ahora la búsqueda les permitió encontrar un manual en la Biblioteca Nacional, y la fábrica original, en donde vendían uno de los ejemplares. Allí decidieron comprarlo para analizarlo y restaurarlo, esta vez con un motor eléctrico.
En una primera etapa, este proyecto será financiado con presupuesto de la universidad, de cara a completar el análisis histórico del vehículo. Posteriormente, pretenden desarrollar un prototipo que pueda ser construido en serie en una fábrica pequeña, para lo que están considerando el apoyo de una startup y una campaña de crowdfunding para financiar el proceso. Su sueño es darle vida nuevamente a la motocicleta, creando un producto de alto estándar.
De acuerdo a lo señalado por el equipo de Mauricio Tapia, ya cuentan con un 50% del prototipo armado y pretenden completarlo este 2017; tras esto esperan poder construir un segundo prototipo, con miras a su producción en serie y comercialización, integrando motores y baterías extranjeras de alta calidad y, aunque aún no está completamente definido, estiman que cada Motochi podría tener un valor cercano a los tres millones y medio de pesos.
Conoce cómo avanza la construcción de Motochi 50, paso a paso, en el Instagram (@motochifau) del proyecto o en el canal de Youtube del taller.
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